
Para dibujar esta página, opté por utilizar una constricción lírica. Es decir, en este caso, la historia tenía que contarse prescindiendo de diálogos, utilizando únicamente dibujos y onomatopeyas. El resultado no me satisfizo en lo más mínimo (incluso entra en el podio de lo peor que he hecho) y estuvo a punto de no ser publicado.
La génesis de la historieta se remonta a septiembre de 2010, más precisamente el 16. Después de la marcha en conmemoración de aniversario 34 de la Noche de los Lápices, sentados en una plaza junto a otros compañeros, la querida compañera Noelia Victoria Arrache me preguntó, hablando de todo un poco, si alguna vez había hecho una historieta donde hubiera un conejo. Pensé un rato y, cosa extraña —siendo que el conejo es mi animal favorito—, tuve que responder que no. De modo que me comprometí a realizar una, acordando que el conejo se llamaría Vicente (en honor a su mascota, que, precisamente, era un conejo).
Ahora bien, días después de dibujar esto, descubrí que que sí, que anteriormente había hecho una historieta con conejos, pero lo había olvidado; seguramente porque apenas si había dibujado los lápices de aquélla.
La génesis de la historieta se remonta a septiembre de 2010, más precisamente el 16. Después de la marcha en conmemoración de aniversario 34 de la Noche de los Lápices, sentados en una plaza junto a otros compañeros, la querida compañera Noelia Victoria Arrache me preguntó, hablando de todo un poco, si alguna vez había hecho una historieta donde hubiera un conejo. Pensé un rato y, cosa extraña —siendo que el conejo es mi animal favorito—, tuve que responder que no. De modo que me comprometí a realizar una, acordando que el conejo se llamaría Vicente (en honor a su mascota, que, precisamente, era un conejo).
Ahora bien, días después de dibujar esto, descubrí que que sí, que anteriormente había hecho una historieta con conejos, pero lo había olvidado; seguramente porque apenas si había dibujado los lápices de aquélla.
Comentar