La organización
La Federación de Cooperativas de Trabajo Manuel Belgrano Limitada es una organización económico-productiva de alcance nacional que agrupa a cooperativas de diversas ramas de la producción. Centrada en la elaboración industrial, se plantea como eje vertebrador para el desarrollo de nuevas formas de organización, producción e intercambio de cara al conjunto de la economía, con el objetivo de hacer de la autogestión un modelo económica y socialmente viable incluso en las limitaciones y trabas que impone el capitalismo, aún entendiendo que su desarrollo pleno no podrá alcanzarse sino a condición de un profundo quiebre con la estructura social, política, económica y productiva de tal sistema.
El proyecto
Si bien la entidad viene funcionando desde finales de 2006, no ha contado con signo identificador propio sino hasta 2014, cuando me fue encargada su construcción. Para ello he tenido en cuenta los ámbitos de actuación de la organización, los cuales pueden sintesizarse en dos: los institucionales y los político-sociales. Esto adquiere un carácter fundamental, pues ameritaba la construcción de una marca lo suficientemente flexible para desenvolverse en esos escenarios sin perder coherencia y homogeneidad, pero manteniendo cierta independencia y distinción entre uno y otro. Es cierto que la propia organización no separa ambos universos, sino que los hace parte indisociable de una misma estrategia, sin embargo, en la práctica y contemplando los marcos relacionales de cada ámbito, pueden encontrarse características diferenciadoras que les son propias.
Con eso en mente, decidí crear un elemento icónico (el isotipo) que, junto a los colores institucionales y las formas tipográficas, actuara de elemento unificador. De tal manera desarrollé un imagotipo con dos variantes logotípicas, a los que, a efectos de mera distinción, denominé Imagotipo Formal e Imagotipo General.
El primero de ellos, que cuenta con una variante logotípica que identifica claramente la razón social de la organización, ha sido creado para actuar en ámbitos institucionales, en los que es necesario atender unos criterios mínimos de formalidad.
En tanto, el segundo fue desarrollado especialmente para ámbitos y públicos que exceden lo institucional (comprendidos entre ellos los políticos), dotándolo de una denominación amigable, fácil de pronunciar y, por ende, recordable y reconocible. Para ello he optado por referenciarme en el uso y la costumbre, siendo que en algunos círculos —fundamentalmente en los vinculados a lo político sectorial— la Federación ha pasado a ser reconocida como “La Belgrano” o “La Manuel Belgrano”, escogiendo esta última debido a que se acerca a la denominación oficial de la organización y a que su aspecto gráfico y morfológico se adapta mucho mejor a la composición general del imagotipo.
Finalmente, también he creado unas variantes de uso ocacional que dan cuenta de la afiliación a la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, organización que agrupa a federaciones de cooperativas de todo el territorio argentino.